“Tus pecados te
han quedado perdonados”
Lucas 7, 48.
2Samuel 12, 7-10.
13; Salmo 31/32, 1-2. 5-6. 11; Gálatas 2, 16. 19-21; Lucas 7, 36-8, 3.
El reto que hoy Jesús nos invita
aceptar es la de amar siempre a pesar de todo dolor, humillación, desprecio, traición,
violencia, etc., es decir, a pesar de todas las situaciones adversas que podamos
encontrar en el mundo de las relaciones donde comúnmente nos desenvolvemos.
Amar sin distinción |
Hay un pasaje en
las Sagradas Escrituras que ha llegado a mi memoria y que nos habla
precisamente de dejar pasar las ofensas, de no permitir que encuentren en
nuestro espíritu tierra fértil donde puedan crecer y desarrollar actitudes de
odio, rencor, desprecio, amargura. El versículo que a continuación señalo está
en marcado en el Himno a la Caridad que san Pablo ha escrito en su primera
Carta a la comunidad eclesial de Corinto: «El amor es paciente y bondadoso…deja
atrás las ofensas y las perdona. Todo lo aguanta, todo lo cree, todo lo espera,
todo lo soporta», 13, 5. 7. Un amor así, flexible, alargado, incondicional
suena imposible para el hombre, pero como nos dice el Arcángel Gabriel «nada es
imposible para Dios», Lucas 1, 42. Por eso, le escuchamos decir al apóstol san
Juan en su primera carta: «Dios es amor», 4, 8. 16. Y Jesucristo, como explica
el apóstol Pablo es la «imagen visible del Dios invisible» por eso le hemos
escuchado que le dijo a la mujer que amargamente llora, le besa los pies y se
los seca con su cabellera: «Tus pecados te han quedado perdonados», Lucas 7,
48. Cumpliéndose así aquel pasaje de la Escritura que nos invita a bendecir al
Señor porque: «el perdona todas tus culpas y sana todas tus enfermedades»,
Salmo 102/103, 3.
Porque quien deja
crecer en su corazón actitudes de odio, rencor, desprecio, amargura se enferma
y se muere. Muchas de las enfermedades físicas, psíquicas y espirituales que
padece el hombre se debe sin lugar a dudas porque se convierte en una persona
aprehensiva, que hasta por el más mínimo detalle saca chispas y ocasiona una
gran quemazón donde ella también perece. El amor hace que el hombre viva sin
miramientos, sin prejuicios, proporcionándoles mayores oportunidades para
establecer relaciones duraderas de amistad y de fraternidad. El amor hace caminar
al hombre con mayor ligereza y gran espíritu de libertad. El amor permite que
la voluntad domine los sentimientos y no al revés.
Lo cierto es que
en verdad el hombre necesita de la multiforme gracia de Dios para que pueda
insertarse como es debido en su proyecto de amor. No es fácil perdonar una
infidelidad, el asesinato de un hijo, la violencia de un esposo o de un padre,
etc. El instinto natural induce al hombre a replegarse sobre sí mismo,
retroceder para abalanzarse con toda la fuerza del que es capaz. Y el
autodominio o lo que es mejor aún la virtud de la prudencia y de la templanza
no es tan fácil ejercerlo. Y eso genera, al menos, para el cristiano convencido
de poner en marcha la obra de Jesús un desgaste profundo, por eso san Pablo nos
recuerda: «porque los bajos instintos van en contra del Espíritu y el Espíritu
va en contra de los bajos instintos; y son tan opuestos, que ustedes no pueden
hacer todo el bien que quisieras», Gálatas 5, 17. Necesitamos del amor de Jesús,
solamente haciendo experiencia de su amor, de su misericordia, tendremos la
oportunidad de realizar otro tanto por el prójimo. La mayoría somos buenos como
el fariseo Simón, pero a veces nos dejamos dominar por el orgullo, que
terminamos por olvidar que también necesitamos ser perdonados y que estamos
llamados a perdonar.
Señor,
que no busque ser amado sino amar. Concédeme que mi fragilidad, debilidad y
pecado sean el termómetro para tratar con mucho tacto y respeto a mi prójimo. Enséñame
a mar como Tú me amas a mí. Sólo
así seré completamente libre.
Como siempre, muy acertada su publicación
ResponderEliminarTiene razón cuando dice, q no debemos ser tierra fértil
Y somos tan dados a ser esa tierra, como dice hoy el Evangelio
Ya el fariseo estaba con la crítica a todo, estaba fertilizando su tierra para soltar el veneno
Es muy bueno eso q ud dice, no dar pie a fertilizar y de una chispa hacer un incendio
Cuanto amor nos falta
Gracias por enriquecerme